Hablar de una Rosa - Patricia de los Ríos

 


Aun para los poetas es difícil hablar de las rosas, son celosas y efímeras. Esta, la nuestra, es una rosa especial, que un día salió de un edificio y de jugar canasta, echándose a andar armada con una cámara que le permitió ganarse la vida, pero no contenta con eso se enamoró de las palabras y fue escritora.

Mientras creaba los personajes de sus novelas, como su amado poeta portugués, fue construyendo sus diversas encarnaciones: la luchadora Rouse Demon, la mujer transgresora y ocasionalmente mosca muerta; la capaz de tomar distancia crítica de su comunidad, sin dejar de pertenecer a ella, abriéndose a México y al mundo. La que recorrió pueblos, mercados y continentes. La feminista aguerrida y dulce, la personaja, como diría Gonzalo Rojas, con el cabello de mil colores, los insólitos aretes y las faldas al vuelo que logró crear un estilo solo suyo. La interesada en todo, lo mismo la película o el teatro que la reunión en la cantina. La que recorre la Condesa recolectando amigos y discípulos en la cola del banco, en el paseo por el parque o en un café.

La maestra de talleres que pone orden y que impulsa a todos a pensar y narrar su vida y que propone mil estímulos para comenzar en cinco minutos lo que puede ser un libro.

La que nos enseña como vivir el cuerpo en el placer, en la madurez, en el dolor y en la vejez. Si, esa es nuestra Rosita Nissán.

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