La jaula - Esther Solano
Vivir
dentro de la jaula es doloroso.
Encerrada.
Respirando
el aire enrarecido, sintiendo los bordes irregulares de las alas cortadas.
Desde
fuera, se ven los colores y las formas con nitidez.
Desde
dentro, las imágenes son borrosas.
¿Cómo
salir si se dejó fuera la llave que abre la jaula?
Alguna
vez la llave fue tuya, sin embargo, la entregaste a tu captor.
Parece
fácil saber que, ese pequeño objeto dorado, es lo único que hace falta.
Sólo
hace falta tomar la llave, meterla a la cerradura.
Sólo
hace falta girarla.
Sólo
hace falta salir.
Sólo
hace falta abrir las alas.
Tomar
– Meter – Girar – Abrir – Salir.
Tan
obvio, tan sencillo:
Tomar
– Meter – Girar – Abrir – Salir – Volar
Pero
el aire apenas tiene oxígeno.
Las
manos tiemblan.
El
terror constituye los barrotes.
Y
sigues dentro, atrapada, condenada, esperando el final.
Ilustración: María Hesse
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