Oda Urbana - Esther Solano
Inmersa en el humo gris de la ciudad,
soportando
el ruido estridente y discorde de la calle.
Escasamente
un puñado de tierra entre dos ladrillos sueltos,
una
lluvia breve y sucia,
y
los pálidos rayos del sol vespertino.
Es
tan poco, y sin embargo, le basta,
aliento
que transforma el barro en vida.
Un
par de tímidas hojas mirando al cielo borrascoso,
un
tallo endeble, las raíces más finas,
un
botón apenas perceptible de una sencilla, resiliente,
y perfecta: flor de
asfalto.
Me hiciste recordar cuando caminaba en la escuela ESIME ver flores entre las baquetas me transferiste al pasado y como continua en mi presente graciaa
ResponderBorrarLa ciudad es dura, pero en las grietas la vida con gran belleza se manifiesta. Gracias por leer y compartir lo que este texto te evocó.
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