¡FELIZ DÍA DE LA MUJER, ROSITA NISSÁN! - María Cristina Fuentes Zurita

Dice no haber estudiado en la universidad, no obstante, se trata de una verdadera guerrera autodidacta. Aprendió sola de los libros, amigas/os, talleres, teatros, películas, presentaciones, conferencias, paseos por su barrio, charlas en un café y experiencias múltiples y cotidianas. Aguzó los sentidos y tiene la perspicacia de quien verdaderamente siente la vida.
El trabajo autobiográfico de Rosita es como un paseo que invita a transitar de manera creativa por un espacio alternativo que promueve un ejercicio reflexivo con trazos de humor y crítica. Señala verdades de las familias  y comparte momentos de bienestar amoroso al dar cuenta del proceso mediante el cual aprendió a desplegar sus alas, dando vueltas no solo de tejido y de máquina, sino sobre todo de timón, para sentirse mejor, entre puntos y comas. Nos desliza por el  análisis de sí misma, y  nos da una lectura justa de su voz.
En su último libro, que hizo para festejar sus 80 años, presenta de forma sintética y colorida las más emblemáticas imágenes intervenidas de su trayecto de vida. Nos va platicando cómo buscó crecer sus alas y llegó a ser un pájaro libre después de estar atrapada en el cuerpo de una mujer que no le pertenecía totalmente.
Desde siempre supo que era mucho más que un territorio conocido y sus deseos y curiosidad la llevaron a preguntarse por casi todo.  Su obra encarnada hace circular el aire por todos lados, abriéndonos a los cuatro vientos, lo cual agradecemos.
Su compromiso incansable es hacia las escritoras jóvenes y no tan jóvenes. Las ayuda con sus libros y curso /talleres a desatar sus cuerpos atrapados en jaulas de pensamientos femeninos; para que puedan soltar amarras llenas de silencios y se animen a verter en blanco y negro los viejos prejuicios y creencias que han generado dolor y enojo, y a dejarlos en el papel, a manera de conjuros.
De está manera se puedan pensar,  con la práctica de la escritura, y llegar a la autenticidad de un cuerpo sentipensante. Disfrutar -no solo -por el aire en el rostro al atravesar puentes sino cambiar de identidades como territorios: otros modos de ser.
Hacerlo en la fabricación de pausas para fotografiar arañas y mariposas, abrazando a los árboles y sus presencias, -sino también- gozar de hacer pequeñas anotaciones cotidianas de imágenes y experiencias, frases, ideas, y preguntas, en pequeñas libretas, entre juegos de palabras que después mágicamente crecerán y nos harán crecer. Siempre con mucho trabajo e implicación.
Su  gusto es por ser cada día un poco más libre, aunque se produzcan caos y desmadres. Es decir, complicaciones, producto de la complejidad insospechada que es el estar dormida y ...despertar.

Comentarios

Entradas populares