¿Quién me invitó? - Marichoni
He recibido múltiples invitaciones
durante las casi ocho décadas de vida que he podido recorrer, desde Hans
Christian Andersen con “Había una vez…” para encontrar las hadas y las brujas,
los duendes y los gnomos, Lewis Carroll y su maravilloso mundo de lo absurdo,
proponiéndonos a Alicia y a mí, celebrar la fiesta de no cumpleaños para tener
muchos más festejos en el año, recorriendo las “Peñas Arriba “ de Palacios
Valdés, que me ayudó a tomar conciencia de esas montañas que enmarcan el país
en el que nací, bajando desde el norte hasta quedar anudadas al sur e imaginar
a “Margarita”, la de Rubén Darío, elevarse por una de ellas para “cortar la
blanca estrella que la hacía suspirar”, hasta el “Calicot” de Gutiérrez Nájera
que “vendiendo cintas y gorros “ de casa en casa, se hizo a las Américas, de
las que nunca salió. Y que me ayuda a compáralo con ese abuelo que un día dejó
su Arechavaleta guipuzcoana, “con su chamarra de sol y su guitarra de luz” como
se describía el Emigrante, al que “Veracruz vio llegar sin saber ni que venía
“, del cual, como Calicot, tampoco nunca salió, reconociendo en Isabel Allende
en “Su Largo Pétalo del Mar” a una emigrante, dos veces exiliada, dejando atrás
su “Casa de los Espíritus” que quedará, como dice García Marquez por “Cien Años
de Soledad”. Y llegar a “Hogwarts” la escuela de Harry Potter de J. K. Rowling,
que me muestra la magia que significa la labor de educar, porque a través de
ella, hay cambio y transformación para lograr la libertad, labor a la que le he
dedicado más de cincuenta y siete años.
También me invita Bécquer cuando me
responde “Poesía eres Tú” y yo me lo creo, aunque me contradiga Rosario
Castellanos cuando me dice “Poesía no eres tú”. Y entonces acudo al Códice
Huehuetlatolli que dice “Aquí Tenochcas, en el Tular, en el Cañaveral, en donde
vivimos los Tenochcas” para encontrar el mestizaje que soy, que vivo y que
siento como en el “Altar de Muertos “ de Marcela Guijosa, para hacer mi camino
con todo cuidado porque Machado me dice que “al volver la vista atrás se ve la
senda que nunca se ha de volver a pisar”, ya que es bien sabido que la vida
sólo tiene camino de ida y en cada paso que doy, muchas veces “Voy con las
Riendas Tensas y Refrenando el Vuelo” como propone León Felipe, si lo que
quiero es “Llegar Todos Juntos y a Tiempo” , porque “El Tiempo es Oro” como
dice Renato Leduc y “Hay que Saber Amar y Desatarse a Tiempo” .
Y qué decir de haber visto a mis
hijas de “Novia que te Vea” como dice Rosa Nissan, creyendo que después hay que
dudar de ese final de los Cuentos de los Hermanos Grimm, “Y fueron Felices para
Siempre “, porque la felicidad es esquiva y celosa y hay que buscarla día a
día, con la fe de alcanzar el Sueño Imposible en el que El Quijote de la
Mancha, transforma a “Aldonza en Dulcínea y luchar contra Molinos de Viento “.
Cada lunes recibo una invitación
como aquella que me dice que, al sur de México, en la hermosa Oaxaca, está el
Árbol del Tule, que cuenta la historia en continuo como relata Pati de los Ríos
y el Hada de la Abuela de Esther en la que encontré la mía propia, esa hermosa
mujer que como abuela, me enseñó mi hacer de abuela.
Y después de este tiempo de
pandemia, tiempo que a veces ha sido “Tiempo de Llorar “ como sostiene María
Luisa Elío, porque al fin, como invita el Eclesiastés, “Hay un Tiempo para
Todo, Tiempo de reír y Tiempo de Llorar y, como sostiene Alex Valdés, “Cuando
la Tormenta Pase y Seamos Sobrevivientes de un Naufragio Colectivo” reconoceremos,
como plantea Miguel Hernández, “Vengo con Tres Heridas, la de la Vida, la del
Amor, la de la Muerte” y ahora que ha prevalecido la de la vida “Nos Sentiremos
Dichosos tal sólo por Estar Vivos.
Para culminar con la invitación de
Lucas, el Evangelista, que me habla de “La Estrella que Siguen los Magos del
Oriente”, porque señala el lugar en el que se halla el que llaman Rey de Reyes
y me invita a seguir mi propia estrella hasta alcanzarla.
Ahora que abro nuevamente el buzón
de las múltiples invitaciones que sigo recibiendo todos los días, unas
firmadas, otras anónimas, me pregunto si alguien encontrará una para sí con la
firma de MARICHONI, me representará una gran alegría.
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