El ciclo - Esther Solano
El
círculo se cierra.
El
ciclo culmina, ya sea porque su tiempo se agota o el objetivo se cumple. Al
iniciar un ciclo escolar sabemos que va a terminar, aprobemos o no. Es
claramente finito.
En
otras ocasiones, el final no está predeterminado y la decisión propia ha de
manifestarse y con ella la duda ¿es lo correcto? ¿Es su momento? ¿Debería esperar
un poco más? Sin embargo, a pesar de los cuestionamientos, sé que hoy suman trescientos sesenta
grados, una vuelta completa.
Cerrar
este ciclo me deja satisfacción y lecciones aprendidas. Lo tangible de los
logros, lo intangible de la magia. Eso y las pistas sobre lo que sigue, aunado a la
gratitud por la oportunidad. Una despedida sin lágrimas, no sin añoranza, aún
antes de partir.
El
viento sopla, despliego las alas y dejo que me lleve. La corriente es suave,
pero constante. Viajo al encuentro del futuro. Con el miedo a lo desconocido
que siento como un cosquilleo en la piel, superado con creces por la confianza de
avanzar.
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