Una o muchas perspectivas - Marichoni

 



Para cada acontecimiento

de la vida existen muchas

perspectivas.

Dalai Lama

 

    Soy una, con una perspectiva de la vida, un campo de visión, el que puedo alcanzar, y una historia personal que procesa lo que vivo cada día. Pero cuando escucho y percibo otro modo de ver, mi perspectiva se amplía.

    Me sucede cuando me siento afectada por algo que no puedo hacer y otra persona me hace mirar el hecho de manera más sencilla, decido intentarlo y casi siempre puedo.

    El hecho de escuchar a otro me plantea un punto de inflexión. Así modifico mi visión, la amplío y la enriquezco con lo que incorporo, la flexibilizo y logro comprender la expresión del vaso medio lleno o el vaso medio vacío, porque todo es cuestión de perspectiva.

    Pero ¿cómo favorecer ese enriquecimiento, esa posibilidad de ver desde distintos ángulos lo que sucede a nuestro alrededor? Tal vez desde muy temprana edad, cuando empezamos a percibir la vida y, sin temor al juicio, podemos cuestionar lo incuestionable, cuando, en vez de recibir respuestas, se nos devuelven preguntas o, cuando cambiamos de posición un objeto y nos damos cuenta de las diferencias que se pueden ver, como en el ejemplo de aquel sabio griego que, para que siete ciegos describieran a un elefante, les hacía tocar una parte del mismo, el que tocaba la oreja tenía una definición muy diferente del que tocaba una pata.

Con una perspectiva parcializada, cada quién decía lo que imaginaba que era, porque solo tenía acceso a una parte del elefante.

    Pero nadie quiere tener una perspectiva de ciegos, contrario a ello, entre más amplio sea el horizonte, menos sufrimiento representará para la propia experiencia, al poder ver cualquier acontecimiento desde sus distintos ángulos.

    Cuando cierro mi mente y sufro sin necesidad, el cambiar de perspectiva es una oportunidad para encontrar luz, cuando alguien me ofrece su punto de visión, puedo ver la situación de otra manera, la entiendo y la puedo manejar.

  Descubrir este hecho concreto es el que me ayuda a construir mi vida de manera más fructífera, porque enriquezco su contenido, a partir de las distintas perspectivas que me ofrece todo aquel que se cruza en mi camino. Y como una explosión de fuegos artificiales que diversifican la luz hacia diferentes puntos, mi camino puede modificarse a la luz de otros puntos de vista y así, el vivir e interactuar con los que me rodean, resulta más significativo.

    Para más, creo que es esto lo que me hace humana, porque según mi experiencia, solamente el ser humano puede construirse y reconstruirse, ya que es el único ser vivo que reflexiona para modificar, enriquecer, multiplicar o reafirmar su propia perspectiva.

 

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