Mis Pasiones - Marichoni

 


 

    Si defino pasión como la expresión de jun amor vivido con gran fuerza, descubro lo que es ser o estar apasionada, enamorada, entusiasmada, ilusionada, crédula, en movimiento, energetizada, decidida, esperanzada y no sé cuántas cosas más.

    Cuando he sido amiga, cuando descubrí el amor, cuando escogí a quién amar, cuando me sentí elegida, cuando vivo la fe. Cuando relativicé la obligación, cuando reconocí mis fortalezas, cuando era estudiante, cuando me sabía hija, cuando descubrí a mis hermanos como cómplices de mi historia, cuando leí novelas de amor, cuando me reflejé en la protagonista de alguna película. Desde que tengo memoria, desde que guardo recuerdos, lo he vivido con pasión.

    Cuando descubrí el amor en concreto, en una persona que se convirtió en única, allí la pasión tuvo colores, se expresó y se trasladó a quienes la han concentrado, a pesar del tiempo y la distancia: los hijos. Saber de ellos, conocer sus decisiones, seguir su trayectoria, contemplar sus logros, llorar sus dolores y preocupaciones, es lo que me mantiene viva. Ellos son mi verdadera pasión y nunca dejarán de serlo. También sé, con toda certeza, que yo no soy su pasión, ellos tienen que descubrir las suyas, nunca lo he perdido de vista. Por eso he podido vivir lo que planteaba el título de un libro “Abrázalos fuerte y déjalos volar” De cualquier modo, son mi pasión.

    Después vinieron los nietos y, con cada uno de ellos, descubrí una pasión nunca imaginada y se volvió a pintar de colores, no ha perdido fuerza, los amo incondicionalmente, con una libertad de la que no tenía idea. Los veo, los imagino y son fuente para la creatividad. Sin embargo, tampoco me engaño, no soy su pasión, hay distancia, yo estoy entre bambalinas en su vida, ellos tendrás que hacer despertar sus propias pasiones, pero sí quiero ser un lindo recuerdo, aunque creo que no les haré mucha falta.


    Así que más vale que reoriente mi pasión. Ahora la dirijo a mi ser y hacer como maestra. Cada fin de curso, en el que despido a los niños, me causa literalmente dolor de corazón, cada generación que se va, me hace creer que será insustituible, que no los podré olvidar. Pero al recibir a los nuevos alumnos, al aprenderme su nombre, al reconocer sus carencias y sus fortalezas, los empiezo a querer y, más temprano que tarde, vuelvo a reconocer que despiertan mi pasión, porque intuyo que, por el hecho de encontrarnos en un tiempo y un espacio, los puedo ayudar a convertirse en mejores personas. Así mantengo despierta mi pasión, vive por ciclos y creo que es inagotable.

    Pero tengo otras pasiones: las fiestas en casa y la Navidad que, desde pequeña, me emocionan y, no solo por su sentido religioso, sino por el espíritu que muestran las personas durante ese tiempo sino por la reunión de la familia, por la ilusión de los niños, las luces, la fantasía, los sabores, los villancicos o la esperanza de encontrarme con todos los que amo. Así que cada año renace m i pasión y me vuelco en vestir la casa con adornos que, por su cursilería, me resultan encantadores y hacen renacer en mi corazón la ilusión con la que de niña esperaba esta fiesta.

    El gusto por los objetos antiguos que adornan casas y mesas y mi visita a los Tianguis de Viejo, es otra de mis pasiones. Mi colección de cuentos de hadas en tercera dimensión, que disfruto solo con mirarlos, las estampas de imágenes infantiles que me trasladan a un mundo fantástico nada más con verlas.

    Las películas de Jorge Negrete que me llevan a imaginar que el amor elegido, es para siempre o que ser fiel a la tierra no tiene discusión. Mis libros y revistas de decoración victoriana y cualquier cantidad de objetos inútiles, que me hablan de su permanencia, a pesar del tiempo, muy lejos del moderno concepto de desechables.

    Todos ellos también forman parte de mis pasiones y, últimamente, la intención de permanecer a través de pequeños textos que surgen cada lunes, inspirados por lecturas motivantes, de autores elegidos por una hermosa maestra y de compañeros que se van convirtiendo en amigos, por lo que comparten de ellos, se han convertido en una nueva pasión.

    Así es, así ha sido y creo, que así será durante toda mi vida.

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