Lo inesperado de la vida, a partir de una rosa - Marichoni
“La felicidad no es una
posada
en el camino, sino una forma
de caminar por la vida”.
Viktor FranklUna
rosa que representa la vida. Esa flor llena de belleza y color que me remite a
la alegría, la luz y el esplendor, me mueve a acercarme… pero ¡cuidado! tiene
espinas, son parte de su naturaleza, y hay que saber tomarla por el lugar
indicado.
Mejor
dicho, hay que saber vivirla, porque esa rosa es sinónimo de la vida; y como no
está programada, no sabemos lo que sucederá, si a veces ni siquiera conocemos
lo que pasará en el instante inmediato.
Lo
cual me exige tener que interpretarla y reinterpretarla, buscando significados,
dándoselos según el momento, el espectro de visión o el descubrimiento recién
hecho.
Eso
es vivir: recorrer caminos entrecruzados, por verdes claros o por bosques
oscuros, pero siempre con hálitos de luz que provienen de esas rosas que
aparecen sin buscarlas y que prenden la luz que hay en el interior de su propio
ser como rosa.
Después
de este preámbulo, quiero voltear a ver el camino de la vida que me ha tocado
recorrer en busca de las rosas que me obligan a tomarlas desde el lugar
indicado para no herirme con esas espinas porque descubrí que son parte de su
naturaleza.
Al
caminar, algunas veces he podido lograr sola hallazgos entre los rosales; otras
veces he tenido que pedir ayuda porque no he podido cruzar al otro lado, que
era donde las veía; otras más he llegado a un ámbito tan luminoso, que me hizo
cerrar los ojos para no sentirme deslumbrada y, tal vez no vi las rosas.
Pero,
al fin, después de llegar a un punto y volver a empezar, descubro que lo
incierto, lo desconocido, me hace prender mi luz interior, que es la que
necesito.
Pero
cuando creí que lo que iluminaba el camino era sólo mi luz, descubrí que esa
claridad respondía a la cercanía de quién como yo, recorre en un mismo tiempo y
por senderos parecidos, el camino de la vida. Era la luz de esos otros caminantes
que, de manera sorpresiva, encontré en ese cruce que mostraba rosas
multicolores. Era lo inesperado.
Ahora
sé que es la luz de los que tanto amo: hijos, nietos, hermanos, amigos, todos
mis antepasados, cariños diversos, iluminando mi humilde recorrido y ofreciendo
variedad de rosas con sus colores y sus particulares aromas.
Sí,
encontrarlos ha sido lo inesperado, pero ahora son lo indispensable, son las
rosas que aprendí a tomar desde el lugar indicado porque eran las que cada uno,
con su vida, me ha ofrecido. Pero como el camino no ha terminado, tal vez
encuentre nuevos caminantes en busca de sus rosas, todavía hay oportunidad de
encontrar lo inesperado.
Me gustó Marichoni, gracias
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