CUARENTEANDO, CON MI LIBRO PUBLICADO - Paula Pilar Picón


 Comencé a meditar en otros horarios. Las mañanas empezaron a ser muy rutinarias. La misma vista desde la ventana y el silencio me desconcentraban aún más. Decidí que era el momento de pedir ayuda a la niñera para tener mis tiempos los viernes a la tarde, después del trabajo. Hoy es uno de esos días. Cruzaba la calle camino a la pizzería enfrente de casa y sentí esa misma sensación de libertad que hace 3 años, cuando comencé a asistir al taller de escritura de Rosita, en México. Eran los lunes, el único momento de la semana que me dedicaba a mí. A no trabajar y hacer lo que más me gusta: leer y escribir. Contar mis historias.

En ese espacio, dónde me permitía aislarme de todo y de todos, nació un libro. Tiene título, contenido e ilustraciones que con mucho cariño me hizo una compañera del curso. Lo leí y compartí con varios amigos, buscando feedback. Lo edité muchas veces. Lo imprimí y lo registré también. Busqué algunas editoriales y concursos para publicarlo, pero sinceramente, nunca convencida de que podría editarse. ¿Y por qué no? Por la creencia de que a nadie le interesa, que nadie lo leerá. Por pensar en otros. Por vergüenza del que dirán.

Estoy en el restaurante y escucho el audio que acompaña la meditación que quiero hacer al llegar a casa antes de irme a dormir. “La creencia es la estructura mental que te condiciona. Hasta no tener el menor número de creencias, estamos condicionados. Menos creencias más libres eres. Mas creencias, más atorados estamos.” Me quedo pensando en esto que escucho. ¡Cómo me gustaría ser libre de tantas creencias auto destructivas que tengo!

Busco cambiar de perspectiva, y entonces pienso que a mí sí me interesa este libro y sé que a mi hijo también le va a interesar. Lo escribí para leerle cuando empiece a preguntar. Dicen que alrededor de los 5 años hacen cuestionamientos al respecto. A mi me alivió contarlo. Me ayudó a aceptar lo que no puedo manejar. Me costó encontrar la razón de por qué ocurrió todo de esa manera, pero finalmente escribiendo entendí que yo no tengo que explicarlo y hacerlo todo. Y que los planes no siempre los puedo controlar, menos aun cuando se trata de otras personas y de sus sentimientos. Escribir ese libro me permitió mantener la calma. Y entonces pienso, si a mi me sirvió tanto el proceso, ¿por qué a otros no puede interesarle?

Sigo en mi mundo, con los auriculares puestos y escuchando “Podemos comenzar a transformar el no puedo entendiendo que no encuentro el poder porque no sé o porque no quiero. Una de las primeras cosas que hace la meditación es que te enseña a sentarte contigo, a sentarte con tu experiencia y cuando tengo esa claridad puedo comenzar a buscar alternativas.”

Yo sí quiero, será entonces que no sé cómo hacerlo. Supe después de dos años de escribir, organizar tipo rompecabezas todo lo que tenía en mente. Y está todo listo. Pero ahora no sé cómo creer en este proyecto. Necesito las herramientas. Quiero visibilizar una realidad que no es sólo la mía, sino la de muchas madres solteras que, aún sin haberlo elegido, estamos aquí y seguimos adelante. Quiero explicar con verdad, pero sin juzgar. Quiero publicar ese libro y así avanzar, sentir que finalmente puedo salir de esta historia. Eso es lo que quiero.

De a poco voy ganando seguridad en mí misma y entonces recuerdo ver el libro publicado en una de mis meditaciones de los últimos días. En esa visualización no hay presentaciones, ni gente, ni aplausos. Tan sólo está el libro. Cuenta nuestra historia, estamos nosotros. Mi libro publicado “En casa no hay papá”, así sé llama.  Y estoy feliz de que existe.

 

10 de agosto de 2020 – Sao Paulo, Brasil

Comentarios

  1. Desde que lo presentaste en el taller me pareció tu libro: En casa no hay papá" una belleza. Marichoni

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    1. Gracias Marichoni! Ahí va , está en mis visualizaciones algún día saldrá a la luz !

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