¿UN MEJOR SER HUMANO? - Marichoni

    Convertirme en un mejor ser humano es una tarea que ocupa toda mi vida. Es la única acción que me mantendrá vigente, a pesar de mi partida de este mundo.

    Cada día intento ser mejor persona, pero ese calificativo me tiene que ser adjudicado, no lo puedo decir de mí misma, aunque sí es parte de mi lucha de cada instante, de cada experiencia, de cada decisión, de cada paso que doy hacia adelante, de cada intención de cambio. Y no me lo puedo adjudicar a mí misma porque no puedo ser juez y parte. Pero soy la única que tiene que lograr serlo.

    Ser un mejor ser humano siempre es un acto de conciencia al hacer una elección y al reconocer el punto de inflexión.

    ¿Cómo? Decidiendo por la grandeza como respuesta a las sorpresas de la vida, ya que avanzar por el camino trazado, con señales y dirección precisas, tal vez resulta fácil, no así, cuando éste se tuerce inesperadamente y hay que elegir por ser un mejor ser humano.  Lo soy   cuando rompo o me rompen el pavimento por el que transito y me siento capaz de seguir adelante en busca de mis sueños, cuando reconozco la irregularidad de la senda y no la abandono. Soy mejor ser humano cuando encuentro al peregrino que camina junto a  mí, y nos damos la mano.

    Pero ¿cuándo he sido un mejor ser humano? Cuando perdono al que me mete zancadilla en el camino, cuando, parafraseando a León Felipe, tenso las riendas y refreno el vuelo para esperar el paso del otro que apenas está descubriendo su propio ritmo, cuando analizo y actúo, cuando rompo amarras y me atrevo a explorar.

 Cuando me doy cuenta que la construcción de mi propio mejor ser humano nunca se acaba, sigo tratando de alcanzarlo y no me rindo, cuando me interroga la vida y le respondo con el corazón amplio, y soy capaz de renunciar al egoísmo, cuando acepto al que creo que está lejos de mi mundo y lo acerco, cuando tolero lo que de antemano di como  intolerable, esforzándome por comprenderlo, cuando descubro que me hace falta el otro porque sin él estoy incompleta, cuando identifico al que me pide y le doy, porque sé que me necesita y lo necesito.

    Siento que el que me comprende y al que comprendo, tal vez no representa el reto de convertirme en un mejor ser humano. Este está en el que me rechaza, en el que no me comprende, en el que me hace sentir innecesaria y no me incluye, allí está el cuestionamiento de cómo ser un mejor ser humano.

    Pero este trabajo no acaba, mientras se constate la vida, por ello seguiré puliendo la construcción para que en mí habite Un Mejor Ser Humano.