...SOBRE EL TIEMPO... - Marichoni


El tiempo es el mejor autor,
siempre encuentra el final perfecto.
C. Chaplin

    Parafraseando al Eclesiastés: “Hay un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo…”  ¿Qué es? ¿Existe? Hay un aparato que marca su paso: el reloj. Lo miro y digo para mí, - apúrate que ya no hay tiempo. Y el tiempo sigue ahí, soy yo la que dispongo qué hacer mientras el tiempo está en dónde estaba. Y respondo: -vivir-
    Hubo tiempo de jugar, de vivir entre los hermanos, hubo tiempo para enamorarme, y bailaba y soñaba… tal vez no lo aprovechaba porque me imaginaba arrullando bebés. Y hubo tiempo de arrullarlos, de verdadlo hice, y entonces aproveché el tiempo, cumplía mis sueños, soñar es otra forma de vivir en el tiempo.
    Y hubo tiempo para trabajar buscando la seguridad material, era tiempo de comprar, y pasaba el tiempo de una tienda a otra para que me alcanzara el dinero para lo que tenía que adquirir.
    Y hubo tiempo para contar los años que me darían un recurso ya sin trabajar.
    Y hubo tiempo para pasar el tiempo subida en el coche, recorriendo la ciudad: un hijo con un amigo, el otro por otro lado y había que traerlos a casa de regreso, entonces veía el tiempo pasar en el cambio del semáforo: de verde a amarillo, de amarillo a rojo, pero ¿el tiempo pasaba o era yo la que recorría la vida en el tiempo que seguía ahí? Corrijo: que sigue ahí.
    Y cuando voy descontando, en cada cumpleaños, un poco del tiempo que me fue asignado desde que nací, pienso: cada quien tiene su tiempo, pie ¿lo veo pasar o paso por él? porque él está ahí.
    Y sigo mi reflexión sobre el tiempo, tal vez no me he dado cuenta totalmente de su paso: porque cada mañana que despierto, creo ser la misma, creo ser igual, más concretamente, creo estar igual. ¿Así será sabiendo que el tiempo pasó?
    Cuando me siento molesta por algunas situaciones en el trabajo, cuando pienso que ya no me interesa esperar por la madurez de algunos adultos que allí se hallan, que se encuentran  creyendo que han descubierto América para los de su generación y, me incomodo al pensar: ¡cuánto camino les falta por andar para encontrarse más centrados en la realidad y quisiera mandarlos a volar! recuerdo que no puedo fácilmente tocar otra puerta que se cerraría sólo al dar mi fecha de nacimiento, me reconcilio con la situación y pienso: tienen su tiempo, el que a ellos también se les asignó, porque reconozco los casi quince minutos que me quedan de tiempo y me doy cuenta que nadie se arriesgaría a levantar el cadáver de alguien que ya no tiene tiempo; y me aguanto el malestar porque no es tan fácil cambiar de rumbo, de ruta ni de dirección cuando ya no hay suficiente tiempo. Allí sí constato que pasó, que no hay camino de vuelta, que la cautela, la tolerancia y la aceptación será mejor que la ejerza para seguir viviendo en mi tiempo con la misma pasión. ¿Será por ello que colecciono relojes, para constatar el paso del tiempo?
MARICHONI

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