YA PARA QUÉ - Nathán Grinberg-Zylberbaum


Ya para qué las estrellas

Tan hermosas, tan lejanas,

Tan alcanzables e inalcanzables

A la vez.

Ya para qué los niños, frescos

Corriendo, gritando,

Persiguiéndose unos a otros,

Jugando a las escondidillas,

ya para qué.

Ya para qué la exquisita mujer

Que e me acompaña en mis figuraciones

Me cuida, me protege, me ama;

Ya para qué.

Ya para qué se me viene

La inspiración y escribo cosas

Hermosas al menos para mí,

Ya para qué.

Ya para qué tener sed,

Creer en un Dios o en varios

dioses,

Ya para qué.

Ya para qué recorrer el camino

Y terminar fatigado,

Recorrer medio continente

Para ver a mis nietos

Reírse y llorar

Cuando les cambian los pañales,

Ya para qué.

Ya para qué tener tu propia casa

Y siempre con alguien amorosa

Que te espera cuando llegas a ella,

Ya para qué.

Ya para qué tengo un gatito

Que se acerca sigiloso e insistente

Para que lo acaricie, pero

Ya para qué.

Para qué ser médico

Y ejercer a los 70 años.

YA para qué si el dolor

No me deja ver lo bello

Que me rodea, si no gozo

Nada de lo que tengo,

Si todo lo veo

A través de un velo negro;

Si todo lo dicho está borroso,

A punto de desaparecer;

Si todo lo dicho no salió de mi boca,

Salió de un pensamiento

Posible y probable

Pero no de una realidad

Hecha y derecha

Compuesta de ensoñaciones

Que absorben lo negativo,

Pero ya para qué,

¿Para qué insisto

En los buenos pensamientos

Sí los malos me rodean, me amenazan,

Me clavan sus filosas y puntiagudas

Garras?

¿Será para que no se me olvide

Que todo lo bueno tiene

Un ya para qué?

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