OTRO MODO DE USAR LA VIDA PROPIA: OCIOSOS EN REBELDÍA - Rosa Nissán

Dolce farniente, en italiano ocio consciente, observadores del mundo. Me he convertido en una promotora del ocio.
Soy parte de una familia de gente que no sabe descansar. Yo nunca vi nada, sólo corría. Hacía todo rapidito.
La contemplación, en estos tiempos, se vació de significado, pero hay que recuperarlo. Ahora, a pesar de la contingencia mundial del coronavirus y de mis 80 años, salgo poco a disfrutar mis ratos de ocio en plena calle.
Porque en todas mis vidas estaba prohibido ser ocioso, criminalizado si se quiere. Sin embargo, al fin lo sé, es dulce y necesario, ese tiempo para no hacer nada, además, porque hacer nada, es el origen de la creación, porque solamente en el ocio, puede darse. Toda creatividad. Háganme el favor, a veces el ocioso, la ociosa, está considerado/a un ser marginal. Pero, caray, tenemos derecho a la pereza.
Qué tranquilizador me resultó conocer a Aurora, a Jerónimo después de mis primeros 40 años. Qué distinto cuando llegaba al despacho de mi hermano, me recibía con un pie afuera para que yo entendiera que fuera rápida. ¡¡Ba!!, un sembrador de prisa más en este mundo dividido, entre los ocupados y los que no lo están.
Jerónimo siempre fue un hombre con tiempo para mí. Qué delicia, qué placer es el trato con personas con disponibilidad. Totalmente distinto.
Ahora, en 2020, que estamos en emergencia sanitaria no hay a dónde ir, puedo ser, sin ser mal vista por los/las campeonas en todo, por fin puedo ser una ociosa sin culpa.

Comentarios

  1. Como siempre mi querida maestra. Marichoni

    ResponderBorrar
  2. Qué gozadera leerte Rosita. Gocemos del ocio sin culpa. De vez en cuando, es como un premio a la vida. Aprovechemos pues.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas populares