Otra gota de vida - Marichoni
Tengo cinco hijos que, por un tiempo pensé que eran míos, porque mi corazón latía por lo que ellos vivían, por lo que ellos hacían.
Pasó el tiempo y
comprendí que seguían siendo míos pero que no eran para mí, sabía que eran míos
porque los separaba del resto de los niños, de los jóvenes y de los adultos que
existían, los reconocía como míos, con la certeza que no eran para mí…
Cuando vi que se atrevían a volar, me
pregunté: qué había hecho para que tomaran el mundo por hogar.
Y…
caí en cuenta: esa había sido mi
propuesta, ese fue mi proyecto, esa había sido mi misión: ¡Qué fueran ellos
mismos y qué tomaran sus decisiones!
Entonces comprendí que la vida otorga lo
que uno le pide y, acepto la realidad de los que fueron muy míos y que ahora
son muy suyos.
Pero, ya tienen quien les cobre la factura
que yo no he podido pasar porque no me toca a mí cobrar.
Tengo muchos momentos de estar sola, sin
que esto signifique sentirme en soledad ni en abandono.
Ahora me encuentro para recuperar lo que el
tiempo dejó atrás, que, contado con una voz nueva, me lleva a resignificar lo
que quedó oculto para mí y, por supuesto para ellos: desvelos, angustias, preocupaciones,
esfuerzos, tiempos de espera…
Sí, tengo cinco hijos que tienen algo de
mí, tengo trece nietos que me ponen al descubierto sin siquiera proponérselo ni
proponérmelo.
Pero ahora que los veo con una mirada, como
quien con ella observa el atardecer que ocurre, aunque uno no quiera que se
acabe el día, vuelvo la vista hacia atrás, muy atrás, y recuerdo que cuando salí
mi casa, no me pregunté lo que a mis padres les hacía vivir mi partida. Y la
historia se vuelve a contar: ellos también tenían cinco hijos…
Por ello les puedo decir: Padres, he pagado
la factura, no tengo deuda, y con esa libertad les digo, los amo, hijos, los
amo, nietos, los amo como siempre, aunque ese siempre sea diferente.
CON
TODO AMOR
MARICHONI
Comentarios
Publicar un comentario