De los lunes con Rosa Nissán - Aliria Morales Balcázar
Con
admiración.
No
hay poesía.
Te
escribiré
en
una hoja de papel,
con
tinta de mi sangre,
con
sellos
y
un te quiero,
como
una carta.
Las
clases por zoom
no
me gustan,
quiero
verlos de cerca,
sentirlos
en el corazón.
Saludarte,
abrazarte,
respirar
tu perfume.
Oír
la voz de todos,
tu
risa. Tocarlos…
y
a veces… el llanto
del
corazón.
Tú
calidez, Rosita,
con
tu hombro
al
descubierto.
Atrevida
siempre.
Sensual
con tus aretes,
tu
trencita azul,
tu
belleza franca.
Las
plantas
que
crecen
por
el techo.
De
cuento.
Tu
letrero en la puerta,
el
de adentro, el de afuera.
Éramos,
en ocasiones,
más
de veinte,
amontonados;
pero
¡qué importa eso!,
cerquita,
cercanos.
Los
abrazos, los rostros,
lo
que se dice,
la
espontaneidad
de
las cosas,
la
diversidad
al
contar, al hacer,
al
sentir, y tú.
Verte
contener al grupo
con
sabiduría.
Eso
extraño.
Seis
años ya.
No
expresé mucho,
casi
nada,
pero
lo guardé
muy
adentro.
Y
este año, en silencio,
empieza
a dar
frutos.
Gracias,
Maestra.
Te quiero.
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