A ella le gustaba - Marichoni

 

A ella le gustaba ser ella…

    A ella le gustaba haber nacido en un frío invierno de tiempos difíciles para la humanidad, pero esa era su oportunidad.

    A ella le gustaba brincar la cuerda y contar hasta cien.

    A ella le gustaban sus abuelos, la casa de ellos y jugar allí frontón.

    A ella le gustaba tener hermanos y nunca estar sola.

    A ella le gustaba jugar a ser mamá y lo hizo realidad por cinco veces.

    A ella le gustaba la seriedad de su padre y aprendió a conocerlo y a interpretarlo.

    A ella le gustaba la alegría de su mamá y su maestría para coser, tejer y jugar a la canasta.

    A ella le gustaba su escuela secundaria, ir a clases los sábados y allí, lograr el campeonato de carreras.

    A ella le gustaba dejar de ser alumna para convertirse en maestra por casi seis décadas., reconociendo que los ayudaba a aprender.

    A ella le gustaba saber que sus alumnos le tenían cariño y se lo escribían en cartas y tarjetas

    A ella le gustaba enamorarse y vestirse de novia en una fresca tarde de noviembre.

    A ella le gustaba pensar en arrullar a sus pequeños y los arrulló.

    A ella le gustaba entrar a la cocina a prepararles chilaquiles verdes y natillas.

    A ella le gustaban sus hijos de niños y de adultos.

    A ella le gustaba el número trece, el número de sus nietos, ellos le fascinaban.

    A ella le gustaba Torreón porque allí estaban sus primos.

    A ella le gustaban los miércoles porque comía con sus amigas.

    A ella le gustaba el día que la escuela había definido como día de pago.

    A ella le gustaba su casita de muñecas.

    A ella le gustaban las fotografías que, en cierta forma, retenían el tiempo y creaban memoria.

    A ella le gustaba cantar, aunque lo hacía bastante mal.

    A ella le gustaban los libros de cuentos infantiles, que devolvían imágenes delicadas al abrirlos.

    A ella le gustaban mucho las flores, le encantaba cuando se las enviaban.

    A ella le gustaban los objetos de su casa y sufrió mucho cuando le robaron algunos muy apreciados.

    A ella le gustaba más que la invitaran a desayunar que a cenar, de noche quería estar en su casa.

    A ella le gustaban los libros que contaban historias de vida.

    A ella le gustaban los lunes con Rosita porque se sentía un poco escritora de verdad.

    A ella le gustaban los viajes porque iba en pos de los que amaba.

    A ella le gustaba la Navidad y todos los fantásticos adornos que la representaban.  

    A ella le gustaba jugar a ser uno de los Reyes Magos para ver la cara de los pequeños al abrir los regalos.

    A ella le gustaba pensar que el mundo podía ser mejor y cooperaba para que así fuera.

    A ella le gustaba creer que dejaría huella entre sus amores.

    A ella le gustaba sentirse viva, creativa y acompañada, aún a la distancia.

    A ella le gustaba creer que un día llegaría con Dios.                                   


 

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